Me sorprendí a mí mismo pensando en comprar un juego de tornillos de titanio para mi bicicleta. Así ahorraría 5 gramos, ¡debe valer la pena! Al final, cuando el gradiente de ascenso alcanza las dos cifras maldecimos cada gramo que ayuda a nuestro enemigo físico (la gravedad) a hacernos la vida más difícil. Es casi una terapia meditativa imaginarse en el taller en la noche ordenando el bonito paquete, abriéndolo y reemplazando los pernos de acero.
Dr. med. Bernhard Rinderknecht *
¿Hambre o ganas?
Otras cosas también me hacen feliz como cuando considero si debo comerme o no un trozo de tarta antes de dormir. Realmente tengo hambre o ¿Es solo un placer culposo? ¿Estoy simplemente cansado después de un duro entrenamiento o estrés en el trabajo? En todo caso se lleva a cabo una conversación interna. Los sentimientos son múltiples: la anticipación del placer del primer bocado a través del espeso glaseado choca con preguntas como ¿Tengo realmente hambre? ¿Estaré más contento después de haberme comido el pastel o si no me lo como? Todo el mundo conoce estos sentimientos, especialmente los atletas, porque el peso del cuerpo es un instrumento deportivo importante.
Finalmente, no compré los tornillos de titanio quizás para mi 5 gramos no son tan relevantes. De 2003 a 2006 perdí 50 kg de peso corporal. Esto es 10.000 tornillos de 5 gramos. Y en el camino de ser un coloso de 133 kg a un iroman de 83 kg y luego, el de mantener un peso estable, gané tanto conocimiento, percepción y experiencia que aunque ahorrar 5 gramos en mi bicicleta de carreras sería bueno, hay cosas que son más importantes para mi estrategia contra el sobrepeso.
¿Tienes hambre?
Una gran pregunta es las muchas razones que existen para comer. Si les pido a mis estudiantes de deportes que mencionen la razón más importante para comer, regularmente obtengo una respuesta «hambre». ¿Es eso cierto? Entonces les pregunto «¿Cuándo fue la última vez que tuviste hambre?» No me refiero solo a una leve punzada superficial sino a un hambre persistente y apremiante. Quizás este sea el momento de examinarse más y preguntarse cuáles son las razones para comer.
¿Qué pensamientos y sentimientos implica? ¿Es hábito, oportunidad, aburrimiento, cansancio, rabia, euforia? ¿O la preocupación de que los deportistas no podamos hacer la próxima escalada sin gel? Observarse durante el día a día y comprobar por qué se come puede ayudar mucho. Alguien que ha hecho una carrera en este tema es el psicólogo nutricional Dr. Brian Wansink. Puedes encontrar en su fascinante libro “Mindless Eating” cosas interesantes y leer cómo nos dejamos tentar al comer. Por otra parte, tenemos el libro «Consumición consciente» de la Dr.a Jan Chozen Bays. Ella nos guía paso a paso como médico y monja Zen a través de ejercicios para una alimentación más cuidadosa.
¡Así que diviértete con tu autoobservación, autoconciencia y con la lectura!
*Dr. en medicina Bernhard Rinderknecht sabe de lo que habla.
El Dr. Rinderknecht es médico, especialista en ginecología y asistencia al parto y especialista en patología y citología ginecológica. Dirige, además de su práctica, un laboratorio de diagnóstico médico y asesora a los gerentes en cuestiones de fitness y fitness laboral (ceofit.com). Es profesor externo en el instituto de ciencias del deporte de la Universidad de Basilea (ISSW) con énfasis en la regulación del peso en los deportes y la influencia de las hormonas en la reducción de peso en las mujeres. Bernhard ha finalizado dos veces el ironman (Niza y Zúrich) y como parte de un experimento en sí mismo, mejoró de ser un adicto a la televisión de 133 kg a ser un ironman de 83 kg y ciclista de carreras. Es miembro de nuestro equipo de expertos y puede ser contactado a través del enlace.