Me sorprendí a mí mismo pensando en comprar un juego de tornillos de titanio para mi bicicleta. Así ahorraría 5 gramos, ¡debe valer la pena! Al final, cuando el gradiente de ascenso alcanza las dos cifras maldecimos cada gramo que ayuda a nuestro enemigo físico (la gravedad) a hacernos la vida más difícil. Es casi una terapia meditativa imaginarse en el taller en la noche ordenando el bonito paquete, abriéndolo y reemplazando los pernos de acero.
Dr. med. Bernhard Rinderknecht *